Algo de contexto
Cuando me dijeron que había una comunidad en Timbio, Cauca, Colombia que tejía con seda natural y que además “cultivaban” los gusanos de seda (sericultura), me pareció increíble…
Eso ocurrió a finales de los 90´s, no conocía google; así que imaginé (a cambio de googlear) que podíamos tejer con las características de la seda china, superliviana y casi transparente (tenía una comisión para desarrollar producto).
Artesanas de la seda
Así fue que llegué a Timbio, me encontré con varios grupos de artesanas, Hitesedas, Coltesedas, Multisedas, Sedas la Aradita (y otros) que a su vez se agrupaban en una cooperativa llamada Corseda. Había hombres y mujeres (casi 300 personas) que se dedicaban a las varias labores que exige la cría de gusanos de seda, desde el cultivo de la morera, pasando por la obtención del hermoso filamento; que no se parece al obtenido en la china, porque al ser artesanal, los hilos son más gruesos, y por lo tanto diferentes a los tejidos de seda de la china (eso sí, son brillantes, los llaman seda devanada). Además las artesanas obtienen el llamado seda shape (me encanta) más grueso y de apariencia mate.
Seda en el Cauca
Así que para trabajar con la comunidad fue necesario contratar un vehículo que me trasladaba a las diferentes veredas aledañas al municipio de Timbio, el Tablón, el Altillo y el Altillo Alto, el Por Venir, las Guacas, Campo Alegre, Encenillo y la cabecera municipal. También visité el municipio del Tambo. Nunca imaginé que trabajaríamos juntas por siete años.
La seda y la zona roja
En esa época, en Colombia se sufría intensamente por la situación de guerra interna entre el gobierno y los grupos al margen de la ley. El Cauca era denominado (como otras varias zonas del país) “zona roja” es decir, zona de cuidado por enfrentamientos y conflictos armados que para ese entonces, eran cotidianos.
En uno de los primeros talleres, en la cabecera municipal, (lo recuerdo como si fuera ayer), de repente ví pasar un féretro, seguido de una gran cantidad de personas. Salí a mirar y me sorprendió que nadie lloraba; siempre había visto llorar a las personas durante los entierros, así que escuché a las artesanas: “es el entierro de Marcelo, se lo mataron anoche, pobre mamá…tenía solo 24 años” ¿Pregunté, por qué nadie llora? Me contestaron Liz, por aquí estamos tan acostumbrados a la muerte, ya no lloramos, todos los días enterramos muertos. (Me quedo sin palabras)
Timbio: cuna de la sostenibilidad de la seda
Así que a pesar de ser “zona roja” las mujeres y hombres de esta comunidad siguieron adelante con todo el tema de la seda a pesar de los enfrentamientos armados en su territorio, fueron tiempos duros. Una vez, nos tuvimos que tirar al piso, escondernos bajo la cama, se oían disparos… Nadie dijo nada, nadie preguntó nada, nosotras en el piso solo rezando y esperando.
Esta comunidad es un tesoro, de emprendimiento, coraje y tesón, el gusano de seda ha dejado una huella con alma y voy a su reencuentro!
En la foto Elvira Gómez de Inchima o “Elvirita” como se le conoce en Timbio. Elvirita es un ícono de la seda colombiana, mujer Cafam, embajadora de las artesanas, tejedora incansable!