-Los más fuertes de todos los guerreros son el tiempo y la paciencia.
Leo Tolstoi.
Una pieza hecha a mano es hija del tiempo y la paciencia. Cuando las materias primas empleadas para hacer una pieza de artesanía son de un material natural, el tiempo transcurre… cuando es recolectada; cuando el artesano la elabora, vuelve el tiempo; cuando el maestro enseña a su aprendiz; cuando el aprendiz se vuelve maestro; cuando la pieza es
descubierta y adquirida por su dueño…todas esas acciones son hijas del tiempo.
El tiempo de la materia prima
Un abuelo esperó 15 años para recoger semillas de una palma de tagua, porque ese es el tiempo mínimo a esperar que el fruto esté maduro. Luego este abuelo recoge las semillas con su nieto de 5 años y en el trascurso de su vida, aprende el trabajo en tagua, usará las taguas que recogió con su abuelo cuando tenga 25 años…durante ese tiempo, el tiempo del secado, la tagua va perdiendo agua, va adquiriendo propiedades para soportar las tensiones al momento de ser trabajada en miniaturas, adquiere un brillo natural especial, el tiempo las hace más hermosas, más livianas y más fuertes.
El tiempo de lo hecho a mano
Y luego viene el otro tiempo, ese donde aquel nieto que un día recogió las semillas con su abuelo, ahora artesano continua su relación entre él y la semilla. Cada semilla presenta una forma que cuando es observada pareciera que entabla una conversación profunda y secreta con aquel nieto artesano. De hecho así es, porque el artesano escucha lo que la semilla le
susurra, le dice lo que lleva dentro de ella, el nieto artesano hace emerger ese secreto. Ahora es tiempo de transformarla, en un ritual donde el nieto artesano la talla o la trabaja en el torno; con paciencia y amor por esa pieza, que va a dar a luz se va yendo el tiempo, horas, días o meses en cada pieza, una a una, sin afán, porque en el mundo de la artesanía, de lo hecho a mano, no caben los afanes.
El tiempo del descubrimiento
Cuando estes tomado una pieza hecha en tagua, descubriras con tus sentidos todo el tiempo transcurrido y dedicado, con tus manos, tu olfato e incluso el sabor y oido, podrás sentir y admiraras todo el tiempo que se le ha dedicado. Su historia que proviene de la materia prima, del secado, del oficio, ese que tiene más de 100 años de trabajo que con paciencia ha pasado de generación en generación, de secretos contados, del abuelo al nieto…
Ahora abraza esa pieza, llévala en tu corazón y adquierela para pasar tu tiempo con ella, es una invitación a que formes parte de esta historia que se mutiplica con las propias historias, tú historia, gracias porque con eso puede continuar la tradición del trabajo en tagua, una técnica hija del tiempo y paciencia.